Bienvenidos al Pueblo de Dios

miércoles, 31 de diciembre de 2008

Así Somos

¡Felicidades!
Esperamos que se encuentren celebrando en familia la alegría de la navidad con su verdadero sentido. El verdadero sentido de la Navidad, hermanos, es el que nosotros como cristianos tenemos que defender y cuidar, es el Nacimiento de Jesús, el Emmanuel, el Mesías, nuestro Salvador.

Año tras año vemos como se desvirtúa el verdadero sentido de este tiempo tan hermosos y nosotros como cristianos tenemos que mantener el verdadero sentido. A pocas horas de dar inicio a un nuevo año te damos las gracias por tus visitas a nuestro espacio durante este año. Deseamos que Dios llene este nuevo año de bendiciones para ti y quienes te rodean.

¡Feliz Navidad, Feliz Año Nuevo y Feliz Día de Reyes!

lunes, 15 de diciembre de 2008

Así Somos

Saludos nuevamente y bienvenidos a nuestro espacio en el Pueblo de Dios. Esperamos que se encuentren disfrutando de un hermoso tiempo de adviento.
Así es, ya mismo se acerca la Navidad y con ella celebramos su mayor sentido, el nacimiento del Emmanuel, nuestro Salvador.

Durante estos días nos encontramos preparándonos en este alegre tiempo del adviento para esa llegada. Debemos recordar que nos estamos preparando para la celebración de la recordación del nacimiento de nuestro Señor pero a la misma vez esta preparación es para su segunda venida, la cual esperamos.

Es por esto que debemos tener suma conciencia de de la importancia espiritual de este tiempo. Así como decoramos nuestros hogar e iglesias, así mismo debemos limpiar y arreglar nuestro corazón para el Salvador.

Pueblo de Dios: Conquistado por Cristo


Entrevista a: José Luis Pizarro, Hermano Cheo
Por: Luis E. y Yermaliz Ventura


En Puerto Rico muchos los conocen y saben de su misión en la Iglesia, otros posiblemente, aunque no muy a fondo, han escuchado hablar de ellos; pues para unos y otros es esta entrevista, porque el Pueblo de Dios está invitado a conocer sus miembros, su servicio y su historia. Nos referimos en este artículo a los Hermanos y Hermanas Cheos.

José Luis Pizarro, fajardeño, maestro retirado tras más de treinta años de servicio, casado y padre de tres hijos es uno de los más de cien Hermanos Cheos. Nos abrió las puertas de su hogar con la amabilidad y amor fraterno que le caracteriza. Una vez dentro nos invitó a pasar a un humilde oratorio y salón de formación bíblica que él mismo construyó en el segundo piso de su casa.

Para nosotros era de mucho interés compartir con él nuestras inquietudes sobre estos hombres y mujeres católicos conocidos como Hermanos y Hermanas Cheos. Pizarro nos explica que el nombre completo de la congregación a la que pertenece es Congregación Misionera San Juan Evangelista, alias Hermanos y Hermanas Cheos.

¿Por qué Hermanos Cheos?, preguntamos. “Los fundadores eran de nombre José, puertorriqueños, uno del pueblo de Arecibo y otro de Jayuya. En Puerto Rico, para aquella época de principio de siglo pasado y hasta la fecha, a los José les apodan Cheo, por esta razón cuando las personas los veían llegar decían: ¡Ahí vienen los hermanos Cheos!”

Adentrándonos más en la historia y origen de esta congregación misionera, Pizarro nos cuenta: “Tras la guerra Hispanoamericana y con el cambio de soberanía en 1898 llegó el protestantismo a Puerto Rico. Muchos sacerdotes españoles salieron de la isla por lo que la predicación del Evangelio mermó. Un joven de dieciséis años de nombre José Rodríguez Medina y residente de Arecibo, un día rezando el rosario se levantó y comenzó a predicar a los presentes, a partir de ese momento continuó haciéndolo en otras comunidades a las que era invitado. Para ese tiempo en el pueblo de Jayuya José de los Santos Morales comenzó también a predicar, después de un tiempo, ambos se encuentran, se conocen y continúan predicando juntos por toda la isla de Puerto Rico. Eventualmente se les fueron uniendo otros hombres y mujeres en su misión. Años más tarde en 1929, luego de muchas investigaciones y estudios, la Iglesia les reconoce oficialmente como una Congregación bonafide”.

Don José Luis Pizarro nos añade que existen dos libros que recogen la historia de los Hermanos Cheos; uno de ellos titulado Historia de los Hermanos Cheos, escrito por el Padre Esteban Santaella Rivera, y otro por el padre José Dimas Soberol, que responde al título Los Hermanos Cheos, apóstoles de Puerto Rico.

La Congregación San Juan Evangelista tiene su casa de formación y retiro en el pueblo de Peñuelas, aunque actualmente existen hermanos y hermanas que residen fuera del país.
Otra de nuestras interrogantes para beneficio de los interesados fue saber quién podía ser miembro de la Congregación; ¿qué pasos deben darse? Nuestro entrevistado nos hace la siguiente observación:

“Todo hermano o hermana católico casado o soltero, comprometido con nuestra Iglesia, es bienvenido. El primer contacto debe ser con un Hermano de la Congregación, se entrevista, se reúnen luego en la casa de formación con la directiva, si el candidato es apto se le admite e inicia un proceso de formación de tres a cuatro años donde toma cursos de estudio bíblico, Eclesiología, Mariología y Cristología, entre otros”.

Una aclaración que nos hace Pizarro es que solo los Hermanos y Hermanas autorizados pueden ser predicadores y estos deben vivir la vida sacramental de la Iglesia. “Aquellos Hermanos y Hermanas no predicadores sirven de otras maneras en la Iglesia y la Congregación: visitan enfermos, ofrecen retiros, van a las instituciones carcelarias, sirven en la casa de formación y atienden otras tantas necesidades”.

Al conversar con este Hermano Cheo notamos en él una gran emoción al hablarnos de la Congregación a la que pertenece lo que motivó a Yermaliz a hacerle unas preguntas que lo emocionaron aún más. ¿Cómo fue su experiencia, cómo descubre Pizarro a los Hermanos Cheos? “Una mañana estaba de visita en el santuario Nuestra Señora del Carmen, conocido también como Montaña Santa, fue entonces cuando escuché predicar por primera vez a un Hermano Cheo y me sentí motivado a conocerles más. Me acerqué al rector del Santuario [para aquella época] y le pregunté cómo yo podía ser un Hermano Cheo. Me explicó, y el fin de semana siguiente me presenté en la casa de formación de la Congregación en Peñuelas, me entrevistaron, me admitieron y aquí estamos hasta el día de hoy. Mi experiencia ha sido de gran alegría; la primera vez que prediqué fue como cuando uno recibe la primera comunión. ¡Esa alegría, ese gozo…! Una experiencia que da una nueva vida donde se siente la presencia del Señor a través de llevar y predicar su Palabra”.

Don José Luis se reconoce como un predicador enamorado con pasión de la Palabra de Dios y nos confiesa que le causa dolor cuando algunas personas llamadas a predicar desperdician esa oportunidad haciendo otras cosas que distan mucho de una predicación. “Predicación es proclamar la vida, pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. El predicador como el buen pescador debe lanzar las redes con seguridad. Nuestra seguridad nos la da el Espíritu Santo. El Señor le dijo a San Pedro te haré pescador de hombres. El predicador va en esa dirección, a ganar almas para el Señor, a que tú y yo tengamos fe”.

Nuestro hermano en la fe está consciente de la importancia de que todos podamos discernir la vocación a la cual el Señor nos ha llamado y la vivamos con alegría, “…para mí la vocación es un llamado y a la misma vez una dádiva del Señor, Dios me llamó al matrimonio y a ser un predicador de su Evangelio. Vivir la verdadera vocación te gusta y te permite hacer feliz a otras personas y te alegras, es como el agricultor que prepara el terreno, riega la semilla y echa el agua y cuando sale la espiguita, ¡que alegría! Así es la vocación, es la vivencia y el mantenimiento de ese llamado a servir tanto al Señor como a los hermanos”.

Los Hermanos y Hermanas Cheos guardan obediencia a nuestra Iglesia, es por eso que aunque son una asociación que goza del consentimiento de ésta, sus prédicas no se realizan sin el consentimiento o aprobación del párroco de la parroquia a la que asisten o donde fueran invitados.

La Congregación se compone de una directiva que consta de un presidente y vicepresidente, tesorero, secretarios y vocales que son coordinadores de zona. Anualmente se realiza una asamblea donde se reúnen todos los hermanos y hermanas y presentan diferentes asuntos relacionados con su servicio en la Iglesia los cuales son analizados profundamente para la toma de decisiones correctas.

Nuestro hermano Pizarro siente gran admiración por distintos santos con los que ha aprendido mucho, “…admiro mucho a San Martín de Porres, Santo Domingo de Guzmán, San Francisco de Asís, San José, entre otros. Sin embargo, quien más me ha impactado de todos ha sido la Santísima Virgen María, su vida, su entrega, su fidelidad al Señor”.

Servidor fiel de Jesucristo y su Iglesia, con su vida, dones e incluso su nombre, José, honra la Congregación de los Hermanos Cheos a la que pertenece y al Pueblo de Dios que con tanta pasión ama. Posee apellido de conquistador, Pizarro, sin embargo ha sido él el conquistado, conquistado por quien más nos ha amado, que por nosotros murió y resucitó para que tengamos vida y vida en abundancia, por el que ha sido el mismo ayer, hoy y siempre, conquistado por CRISTO.

“Ser servidores de los demás, como el Hijo del hombre que no vino a ser servido sino a servir y a dar su vida por la redención de muchos”. (Mt. 20, 28)

Vidas que Inspiran: María, Madre de Jesús.

Los evangelios sólo aportan, respecto a María, los datos fundamentales y algunas anécdotas. Consta que antes y después del nacimiento de Jesús vivió en Nazaret, pequeña ciudad de Galilea y que, según la ley, estuvo casada con José, artesano, de la familia de David. María acompañó a Jesús durante su ministerio de un lugar a otro, junto con las mujeres que le acompañaron desde Galilea y los "cuatro hermanos de Jesús": Santiago, José, Simón y Judas, hijos de María y Cleofás.

Tanto María como los cuatro hermanos fueron rodeados de una atmósfera de veneración que siguió en aumento, puesto que María cumplía de modo convincente las condiciones propias de los ciudadanos del reino. Como ejemplo del recuerdo que los primeros discípulos conservaban de María se encuentran las palabras que se colocan en boca de Isabel: "Bienaventurada tú que has creído" (Lc. 1,45). Tiene también un recuerdo vivo la frase de Lucas: "María conservaba todos esos recuerdos, meditándolos en su corazón" (Lc. 2, 19).

María estuvo al pie de la cruz y fue testigo de la resurrección. Su mención en el cenáculo (Hech. 1,14) junto con los doce apóstoles, las demás mujeres y los "hermanos de Jesús", es el inicio de una presencia viva y constante en el seno de la iglesia primitiva. La comunidad de Jerusalén honró también a María como "Madre del Señor", título con el que hacían participar a María de la gloria de Jesús e iniciaban con ello el proceso de reflexión teológica en torno a lo que ha venido a llamarse "las glorias de María".

Desde el punto de vista de la fe cristiana, la figura de María tiene una relevancia singular, creciente a lo largo de los siglos. Por lo que se refiere al Antiguo Testamento, la tradición ha señalado numerosos textos en los que se encuentran anuncios proféticos sobre María. Un pasaje que ha tenido suma trascendencia es la profecía del Emmanuel (Is. 7,14).

En ella Isaías anuncia como signo divino el alumbramiento por parte de una doncella (hebrero almah y griego parthénos), en el que la iglesia ve el anuncio de la Madre del Mesías y de su virginidad.

En el Nuevo Testamento, las narraciones de la infancia de los Evangelios de San Mateo y San Lucas recogen las enseñanzas acerca de la concepción virginal y el nacimiento de Jesús, transmitidas en la primitiva comunidad cristiana. Narra San Mateo que María concibe virginalmente al Mesías cumpliéndose así la profecía del Emmanuel. "Habiendo concebido por obra del Espíritu Santo, da a luz (continúa diciendo el envangelista) a un hijo a quien se pone por nombre Jesús, Salvador " (Mt. 1, 20-25).

En San Lucas la concepción virginal y la maternidad mesiánica y divina de María se describen en el marco narrativo de la Anunciación como obra del Espíritu Santo (Lc, 1, 26-35). Lucas presenta a la Virgen como figura central del evangelio de la infancia, unida, por tanto, al nacimiento de Cristo; y vuelve a subrayar su presencia en los hechos de los apóstoles al narrar la vida naciente de la iglesia. San Juan describe su presencia en Caná, interviniendo activamente en el primero de los milagros realizados por Cristo, y al pie de la cruz.

Algunos autores cristianos reflexionaron sobre la significación de María en el conjunto del misterio de la salvación y en su relación con Cristo, su hijo. Así, San Ignacio de Antioquía (siglo II) indagó en el misterio de Jesús nacido de María, mientras que San Justino defendió la concepción virginal de María y San Ireneo propuso un paralelismo entre las figuras de Eva-María y Adán-Cristo.

También a mediados del siglo II aparecieron unos textos apócrifos como el Protoevangelio de Santiago donde se contaba la vida de María, desde la de sus padres Joaquín y Ana hasta después del nacimiento de Jesús. En otros textos (Transitus) se explicaba la muerte de María y su asunción en cuerpo y alma a los cielos.

Desde los siglos IV-V se consideró a María como el modelo perfecto de fe y santidad a imitar por las vírgenes cristianas, según la doctrina elaborada por los grandes doctores de la Iglesia (Atanasio, Jerónimo, Ambrosio, Agustín). En 431, el Concilio de Éfeso reconoció a María como Madre de Dios, confirmando así la creencia de muchos fieles que ya desde mucho antes intercedían ante ella.

Para los Padres de la Iglesia era un tema de discusión la perpetua virginidad de María y su santidad personal. Progresivamente llegó a imponerse la idea de una virginidad "antes del parto, en el parto y después del parto" y de una total exención de pecado. La perpetua virginidad quedó definida en el concilio de Letrán (649 a.C.) y en la epístola dogmática del papa Agatón (680 a.C.). El concilio de Trento, por su parte, sancionó (1547) su total exención del pecado.

Después de siglos de discusión entre las escuelas, la Iglesia fue llegando a la conclusión de que María había sido redimida en atención a los méritos de Cristo, pero que, desde el primer instante de su ser se había visto libre de la mancha original. Éste es el dogma de la Inmaculada Concepción definido por Pío IX en 1845. En la bula Munificentissimus Deus, Pio XII definió en 1950 el dogma de la Asunción o glorificación de María, es decir, fue asumida en cuerpo y alma al cielo después de su muerte sin conocer la corrupción del sepulcro.





Celebra la Frase


"Si Dios con nosotros, ¿quién contra nosotros?".

Pablo Apóstol.

Orando por las Vocaciones


Señor Jesús,tu que eres el camino, la verdad y la vida,

aduéñate de mis pasos,seduce mi libertad

Y ven a mi encuentropara que siempre pueda elegirte compañero.

Sal al paso de quienesvan por los caminos de este mundo

sin saber que tú caminas a su lado

y haz que, al descubrirte junto a ellos,

se dejen alcanzar por ti

y te acojan como Señor

que se ha hecho hermano.

Mira a los jóvenes de nuestra comunidad,

llama y escoge a los que quieras

,disipa sus dudas y sus miedos,

para que se atrevana seguirte en al ministerio sacerdotal

y te acepten como amigo.

Fortalece a tus sacerdotes

para que, en tu cercanía,

anuncien a todos los hombres,

sus compañeros, hermanos y amigos, quien eres Tú.

Quédate con nosotros,a través de ellos,

en la anochecida de este tiempo;

repártenos tu Palabra y tu Evangelio

Y pon en ascuas nuestro corazón;

con tu pan y con tu vino andaremos el camino cada amanecer

para gritar que es verdad,que estas en medio de nosotros.

¿Podrían orar por mi vocación?


“La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”. (Mt. 9, 36)

Visita este enlace: http://www.paulinaspr.org/ y deja tu oración en la sección de Peticiones de Oración. Estamos esperando para orar por ti.

lunes, 20 de octubre de 2008

Pueblo de Dios, “Cuando el amor se hace canción ” (3)


Ante nuestro interés por saber cómo es que la música pasa a formar parte de sus vidas, Carlos recuerda que desde temprana edad quiso aprender a tocar un instrumento musical y mediante un programa de verano de la Administración de Derecho al Trabajo tuvo la oportunidad de tomar un curso de guitarra durante dos veranos consecutivos. “Automáticamente me hizo sentido, como que dos más dos son cuatro, que si estaba aprendiendo a tocar guitarra debía estar en el ministerio de música de la parroquia a la que asistía, solicité entrar y me aceptaron”; para entonces tenía Carlos quince años.

En el caso de Linés, desde pequeña estuvo relacionada con la música. Recuerda con agrado que sus dos hermanas mayores por diez y once años pertenecían a un ministerio de música y “mi papá se pasaba cantando y yo los escuchaba y todo lo asimilaba”. Desde los cinco años prestaba atención a cómo sus hermanas hacían las voces y armonías, “me gustaba seguirles el ritmo con la pandereta y cantar aunque fuera sin micrófono”, agrega sonreída, y con evidente felicidad en su rostro añade, “yo pienso que la Virgen María me enseñó a cantar, desde temprana edad yo percibía como si Ella me enseñara a conocer las voces que eran afines con las melodías para poder desarrollar mi voz”. Para Linés una de las experiencias más gratificantes ha sido tener el don de componer y poner esos talentos al servicio de Dios y la Iglesia y junto a Carlos darle música “a aquello que Jesucristo nos quiere decir a través de una canción”.

Adicional a que fueron miembros de Camerata Coral, Linés y Carlos compartieron como ministros de música en el Ministerio Voces a Dios y permanecieron en el mismo hasta cuatro años después de haberse casado. Más adelante, empezaron a servir, y hasta la fecha lo hacen, en la Parroquia San Luis Rey en Río Piedras durante la Misa dominical de 11:00am. Y actualmente forman parte del programa radial Liturgia y Música que se transmite por WKBM 810 AM cada martes a las 8:00pm.

Nuestros hermanos en la fe, al preguntarles cómo se visualizan de aquí a diez años, nos compartieron lo siguiente: “Primeramente casados, porque estamos convencidos de nuestra vocación; nos vemos más involucrados en el ministerio de la música con nuestros hijos presentes en un ministerio musical familiar…; y con mayor exposición, en cuanto a la pastoral en masa, en nuestro país hace falta ofrecer más actividades de conciertos y asambleas en especial a los jóvenes que necesitan mucho saberse queridos y tomados en cuenta”.

Para finalizar, como exhortación proponen a todo el Pueblo de Dios el reto de que se motive a conocer nuestra Iglesia Católica, nos formemos y atesoremos su historia y todo lo que en ella podemos vivir para que así pongamos todos nuestros carismas al servicio de Cristo. Nos invitan también a que tengamos siempre presente la oración y a Jesús Sacramentado en nuestro camino de fe y en el discernimiento vocacional porque es nuestro Maestro en el amor y la vida.

Compartir con Carlos y Linés nos permite entender que la música es un don natural en ellos por la gracia de Dios que lo ha puesto en sus corazones y que con la fe y el amor que viven y brindan a su prójimo ha pasado a ser un carisma. Todo lo que son, como nos dijeron, se lo deben a Dios, “…es una felicidad muy grande que no podemos guardar para nosotros solos”. ¡Que dicha poder contar con ellos en el Pueblo de Dios y ser testigos de cómo ese amor se ha hecho canción!

Vidas que Inspiran: Santa Cecilia, Mártir

Fiesta: 22 de noviembre
Patrona de los Músicos

La gran devoción popular hacia la virgen y mártir romana hizo que el nuevo calendario litúrgico conservara su memoria, a pesar de que faltan documentos históricos anteriores al siglo VI. Esta devoción y el mismo patrocinio de Santa Cecilia sobre la música sagrada se deben efectivamente al relato de su martirio, titulado Pasión, fechado después del año 486.

En ella la fundadora del “título” de la basílica de Santa Cecilia en Trastévere es identificada con una santa homónima, enterrada en las catacumbas de San Calixto y que habría sufrido el martirio durante el imperio de Alejandro Severo, hacia el 230.
En la Liturgia de las Horas se lee: “El culto de Santa Cecilia, bajo cuyo nombre fue construida en Roma una basílica en el siglo V, se difundió ampliamente a causa del relato de su martirio, en el que es ensalzada como ejemplo perfectísimo de la mujer cristiana, que abrazó la virginidad y sufrió el martirio por amor a Cristo”.

Cecilia, noble y rica, iba todos los días a la Misa celebrada por el Papa Urbano en las catacumbas próximas a la Vía Apia, y una multitud de pobres la esperaban porque conocían su generosidad. En el día de su boda con Valeriano, mientras el órgano tocaba, ella cantaba en su corazón: “solamente para el Señor” (de este pasaje de su Pasión tuvo origen el patrocinio de Cecilia sobre la música sagrada); después, llegada la noche, la joven le dijo a Valeriano: “Ninguna mano profana puede tocarme, porque un ángel me protege. Si tú me respetas, él te amará, como me ama a mí”.

Al contrariado esposo no le quedó otro remedio que seguir el consejo de Cecilia, hacerse instruir y bautizar por el Papa Urbano y después compartir el mismo ideal de pureza de la esposa, recibiendo en recompensa su misma gloria: la palma del martirio, al que por gracia divina se asoció también el hermano de Valeriano, Tiburcio.

Aunque el relato del martirio parece fruto de una piadosa fantasía, históricamente es cierto que Valeriano y Tiburcio fueron mártires y que fueron enterrados en las catacumbas de Pretestato. Después del proceso, narrado con abundancia de detalles por el autor de la Pasión, Cecilia fue condenada a la decapitación, pero los tres poderosos golpes del verdugo no lograron cortarle la cabeza: esto se debió a que, según el relato, Cecilia había pedido al Señor la gracia de ver al Papa Urbano antes de morir.

En espera de esta visita, Cecilia pasó tres días en agonía, profesando su fe. No pudiendo decir ni una palabra, expresó con los dedos su credo en Dios uno y trino.


Celebra la frase



“Conseguirle a la Iglesia una vocación es mejor que obsequiarle un altar de oro”.

San Juan Bosco

Orando por las Vocaciones


Señor Jesús,
tu que eres el camino, la verdad y la vida,
aduéñate de mis pasos,
seduce mi libertad
Y ven a mi encuentro
para que siempre pueda elegirte
compañero.

Sal al paso de quienes
van por los caminos de este mundo
sin saber que tú caminas a su lado
y haz que, al descubrirte junto a ellos,
se dejen alcanzar por ti
y te acojan como Señor
que se ha hecho hermano.

Mira a los jóvenes de nuestra comunidad,
llama y escoge a los que quieras,
disipa sus dudas y sus miedos,
para que se atrevan
a seguirte en al ministerio sacerdotal
y te acepten como amigo.

Fortalece a tus sacerdotes
para que, en tu cercanía,
anuncien a todos los hombres,
sus compañeros, hermanos y amigos,
quien eres Tú.

Quédate con nosotros,
a través de ellos,
en la anochecida de este tiempo;
repártenos tu Palabra y tu Evangelio
Y pon en ascuas nuestro corazón;
con tu pan y con tu vino
andaremos el camino cada amanecer
para gritar que es verdad,
que estas en medio de nosotros, Resucitado

¿Pueden orar por mi vocación?


“La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”. (Mt. 9, 36)


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viernes, 19 de septiembre de 2008

Así Somos


¡Paz, bien y santa alegría!


Les saludamos nuevamente en el amor de Cristo.

Estábamos recordando que este año ha estado lleno de celebraciones para nosotros porque el pasado en el pasado mes de mayo cumplimos nuestro séptimo aniversario matrimonial y estamos muy alegres. Cada día que pasa es una nueva oportunidad que Dios nos regala para amarnos como Él nos ama y para que reafirmemos nuestra vocación, es decir, ese llamado concreto que nuestro Creador nos ha hecho para que alcancemos nuestra realización personal, siendo felices y contribuyendo al beneficio de nuestro prójimo.

Continuamos recordando que, festejamos también nuestro primer aniversario en Encuentro Matrimonial, ser parte de este movimiento de nuestra Iglesia Católica ha sido una verdadera bendición de Dios, porque entre muchas cosas nos ha permitido conocer y vivir con mayor intensidad nuestro sacramento, entender y respetar nuestros sentimientos y estrechar nuestros lazos con la Iglesia y la comunidad.

Siempre el Señor nos regala motivos para celebrar, motivémonos como San Pablo a entregarnos a Jesucristo por completo y descubriremos la belleza de su amor.

Pueblo de Dios

“Cuando el amor se hace canción”

Este aspecto tan importante que nos compartieron y que nos brindó nuevos conocimientos creó en nosotros una nueva interrogante; ¿Creen que a nivel general los ministerios de música están conscientes de lo que nos han expuesto? Contundentemente Carlos nos dice: “A nivel general yo les diría que en un 80% no lo están. Yo hago una separación entre ministerios de música y coros porque lo debemos tener claro”. Al hablar de ministerios de música, nos explican, “hablamos de un grupo que tiene o busca la preparación necesaria que le exige la responsabilidad de ser una orden menor y de su participación dentro de la liturgia y cómo allí se desenvuelve ese grupo apostólico. Lo que esté fuera de esto es un coro o un grupo que canta”.

Para Carlos y Linés el desconocimiento y el que solo se tomen en cuenta las cualidades musicales son motivos suficientes por lo cual muchos grupos de música se hacen llamar ministerios, razón por la que insisten en la importancia que tienen la vivencia de los valores del Evangelio y la formación. Ante esto último nos informan que, por ejemplo, el ministerio de música de Aguas Buenas ofrece anualmente unos retiros dirigidos a ministerios de música enfocados en la preparación de todo lo que tiene que ver con la música dentro de la liturgia. “El ministro de música debe estar consciente de que está llamado a ayudar al pueblo a alabar a Dios, no estamos llamados a hacer un “show” dentro de la celebración eucarística”.

Según nos explican, el ministro motiva a que se dé esa alabanza a través de los cánticos, que deben estar elegidos de manera que vayan cónsonos con la liturgia y en los cuales se respeten los espacios de tiempo y silencio. De igual forma nos aclaran que aquellas oraciones a las cuales se les pueden poner música, como son el Aleluya, el Santo o el Señor, ten piedad, tienen que estar exactamente con las palabras que están en el Misal. Agregan también que “el ministro de música bien formado puede ayudar al sacerdote grandemente a realizar esa liturgia para que la vivamos de la mejor manera. “La comunión es Cristocéntrica, Jesucristo es el eje central. Nuestra misión, volvemos a indicar, es ayudar a que se vaya dando ese ambiente propicio para que cuando llegue el momento de recibir a Jesús en la comunión, el pueblo fiel, como dice San Pablo, en discernimiento sepa y haya elegido recibir a Cristo”.

El ministerio de música que forman Carlos y Linés junto a dos hermanas de ella y un amigo, responde al nombre de Kénosis. Según nos explican, es una palabra griega que significa “el morir para vivir”. “La desintegración de la semilla en la tierra para que pueda germinar y salga la planta; es lo que hizo Jesús en la cruz, Él muere y resucita y nos da la vida. Eso es kénosis y es lo que queremos ser nosotros”.

Celebra la frase


“Se puede morir tranquilo si uno ha cumplido su vocación”.
Akira Kurosawa

Orando por las Vocaciones




“La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”. (Mt. 9, 36)


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Oración por la vocación de los hijos

Señor, te pido por las vocaciones de mis hijos,
que sea cual sea la que hayas determinado para cada uno de ellos,
obtengan la gracia de descubrirla y aceptarla conforme a tu voluntad,
y se entreguen dócil y generosamente a ella,
cumpliendo fielmente los deberes que la misma les imponga.

Y si en tu infinita bondad
quisieses llamarles a tu servicio,
fórmame Señor, un corazón generoso y dispuesto
que aprecie en su magnitud
el don inigualable de la vocación sacerdotal
y de la vida consagrada.

Dame Señor la alegría y la humildad de reconocer y
agradecer tan fecunda bendición.
Amén.

martes, 26 de agosto de 2008

Así Somos

El cristiano debe vivir con la convicción de que Dios -Amor y Misericordia- nos llama e invita a vivir la felicidad de manera plena, siendo santos como El es santo, en la medida en que cumplamos la misión que nos ha encomendado de manera particular. Para nosotros la vocación es esa opción por un estilo de vida cristiana por el cual llevamos a cabo dicha misión y alcanzamos la felicidad prometida. Todos somos llamados... pero cada cual, de manera libre, debe discernir responsablemente abriendo su corazón al Espíritu Santo para dejar actuar a Dios en su vida.

Te exhortamos a que a través de este Blog, llamado “Pueblo de Dios”, disciernas y confirmes tu vocación en la fe, nutriéndote espiritualmente de cada sección que con cariño te presentamos. Rogamos a nuestro Padre celestial te bendiga con sabiduría hoy y siempre. Y recuerda que tú eres parte esencial del “Pueblo de Dios”.

“Cuando el amor se hace canción” (I)

Entrevista a: Carlos y Linés Serrano
Por: Luis E. y Yermaliz Ventura


“Recitad alternando, salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y tocad con toda el alma para el Señor”.
(Efesios 5, 19)



Carlos Serrano Rodríguez y Linés María Pérez, padres de Valeria Patricia y Miguel Antonio, de 8 y 6 años de edad respectivamente, unieron sus vidas en sacramento matrimonial un 7 de noviembre de 1998. Linés describe a Carlos como un hombre comprometido, “que se dedica a conocer su religión con pasión y a estar firme en su fe y sus valores”. Carlos, por su parte, nos dice de Linés que “es una mujer de oración que desde joven ha llevado consigo un verdadero celo apostólico; es inteligente, talentosa, ama a Jesús y le sirve”.

Uno de los talentos que ambos comparten es su amor por la música, que unido a la fe que siempre han profesado, los ha llevado a servir a nuestra Iglesia como ministros de música. Se conocieron siendo miembros de Camerata Coral, un coro polifónico secular mixto que se dedica a cantar música latinoamericana, en especial.

Nuestros entrevistados nos hablan de la vocación indicándonos que para ellos “es una llamada constante de conocer a Dios desde que se es pequeño, y que luego se hace más específica, como en nuestro caso el matrimonio”. También nos dicen que “es tu hacer con respecto al plan de Dios en tu vida que te permite llegar a la santidad y llevar a otros a ella; la vocación acorta el espacio entre el hombre y Dios”.

Para Carlos y Linés desde muy jóvenes estuvo claro que su vocación sería el matrimonio; y hoy día al mirar atrás recuerdan con satisfacción la experiencia que cada uno vivió de realizar discernimiento vocacional con diferentes grupos religiosos y que les ayudó a entender a qué estado de vida el Señor los llamaba.

Con el servicio que realizan a nuestra Iglesia este cariñoso matrimonio entiende que logran vivir a mayor plenitud su vocación, pues reconocen que estrechan sus lazos matrimoniales y les brinda unidad. “Aunque es un servicio apostólico es propio de nuestra relación, es personal y nuestro; porque él es mi esposo y yo soy su esposa”, sostiene Linés, y añade, “lo que cantamos debemos vivirlo y promoverlo”. “Dentro del servicio apostólico que estamos realizando, que hacemos con mucho amor y con bastante dedicación, debe haber una unción, porque cuando uno canta para el Señor está orando dos veces”, agrega Carlos con franca convicción. “Los ministerios de música están clasificados como una Orden Menor, y como tal debe haber una preparación, una búsqueda de orientación y dirección espiritual con nuestro sacerdote. Los ministros de música tienen una función específica dentro de la liturgia, están dentro del ordo y hay unos criterios establecidos para ellos”.

Conscientes de la importancia de vivir en gracia y para recibir esa unción, cada día perseveran en su preparación espiritual y ambos se ayudan y se motivan en la vivencia de los sacramentos. “Debemos prepararnos para brindarle al Espíritu Santo las condiciones idóneas para que se manifieste en nosotros.”

Orando por las Vocaciones


“La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”. (Mt. 9, 36)


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Oración por las Vocaciones


Oración por la vocación de los hijos

Señor, te pido por las vocaciones de mis hijos,
que sea cual sea la que hayas determinado para cada uno de ellos,
obtengan la gracia de descubrirla y aceptarla conforme a tu voluntad,
y se entreguen dócil y generosamente a ella,
cumpliendo fielmente los deberes que la misma les imponga.

Y si en tu infinita bondad
quisieses llamarles a tu servicio,
fórmame Señor, un corazón generoso y dispuesto
que aprecie en su magnitud
el don inigualable de la vocación sacerdotal y de la vida consagrada.

Dame Señor la alegría y la humildad de reconocer y agradecer tan fecunda bendición. Amén.

miércoles, 30 de julio de 2008

Así Somos

El cristiano debe vivir con la convicción de que Dios -Amor y Misericordia- nos llama e invita a vivir la felicidad de manera plena, siendo santos como El es santo, en la medida en que cumplamos la misión que nos ha encomendado de manera particular. Para nosotros la vocación es esa opción por un estilo de vida cristiana por el cual llevamos a cabo dicha misión y alcanzamos la felicidad prometida. Todos somos llamados... pero cada cual, de manera libre, debe discernir responsablemente abriendo su corazón al Espíritu Santo para dejar actuar a Dios en su vida.

Te exhortamos a que a través de este Blog, llamado “Pueblo de Dios”, disciernas y confirmes tu vocación en la fe, nutriéndote espiritualmente de cada sección que con cariño te presentamos. Rogamos a nuestro Padre celestial te bendiga con sabiduría hoy y siempre. Y recuerda que tú eres parte esencial del “Pueblo de Dios”.

Pueblo de Dios, "¡Duc In Altum! ¹"

“ Remando Juntos Mar Adentro”

Ray y Awilda nos recibieron en su hogar con la cálida acogida que siempre brindan a su prójimo y con la que nos honran desde que nos conocimos hace ya un año.

Una vez nos invitaron a la sala de su residencia, Yermaliz y yo nos dimos cuenta de su gusto por los faros. Todavía recuerdo haber visto una hermosa lámpara en forma de faro, algunos cuadros y otras figuras alusivas. Para nosotros fue espontáneo expresarles nuestra curiosidad y, aunque quizás fue obvia nuestra pregunta, su respuesta fue un testimonio fiel del amor y la fe que existe en sus corazones. ¿Les gustan los faros?, pregunté. “Nos encantan”, responde Awilda con una franca sonrisa. “Para nosotros el faro es un signo de Jesucristo; El es el faro por excelencia, la guía que nos alumbra y traza la ruta de nuestras vidas”. Ubicados luego en el comedor de su hogar nuestra entrevista se desarrolló en una deliciosa conversación.

¿Quiénes son Ray y Awilda?

Tras mirarse brevemente a los ojos y como si con sus ojos se hablaran, lo cual es cierto, Ray nos responde: “Somos Ray y Awilda, esposos, contamos con 38 años de casados, 6 hijos, 5 nietos, en adición que están nuestras madres con vida². Nosotros somos también eso, somos nuestra familia”.

“Además de esposos, somos amigos”, añade Awilda. “Ser amigos es algo muy importante. Estamos muy comprometidos el uno con el otro; siempre luchamos por comunicarnos abiertamente y cuidar nuestra privacidad”. “Somos un matrimonio luchador”, nos dicen a la vez mientras sonríen.

Awilda y Ray nos contaron que se conocieron en un baile, en el cumpleaños de una amiga de Awilda al que Ray asistió con unos amigos. “Cuando me dí cuenta de la presencia de Awilda hablé con mis amigos y les dije que no la sacaran a bailar porque sería yo quien la sacaría”. ¿Así que todo comenzó bailando?, dice Yermaliz, lo que nos hace reír a todos al recordar con esta frase una canción.

Awilda nos confirmó que así comenzó una relación de amigos donde seguían compartiendo en fiestas de amistades y actividades hasta que llegó el momento en que en la escuela Ray le preguntó si quería ser su novia. ¡Por fín!, dijimos Yermaliz y yo a la vez, a lo que Awilda inmediatamente nos dijo: “Un momento, que lo hice sufrir un poquito, porque él pensaba que yo le contestaría enseguida y no fue así”, se ríen. “Un poquito nada más”, dice Ray. Tras cinco años de noviazgo Ray y Awilda contrajeron matrimonio. “Después de casarnos yo seguí estudiando y poco a poco fueron llegando los hijos”, nos dice Awilda.

Basados en su experiencia nos definen la vocación como “algo con lo que se nace porque Dios ya lo ha puesto en el corazón de cada uno y que se va descubriendo y cultivando durante el crecimiento”. “Es esa inclinación, ese interés a un estilo de vida que te hará feliz”. “El matrimonio es una verdadera vocación. Así como los valores tú los vives y los cultivas. Cuando una pareja se casa hace un pacto con El Señor; en nuestro caso entendimos que el matrimonio sería un estado de vida que viviríamos siempre, no cargarlo, vivirlo. No nos casamos nosotros dos nada más, nos casamos tres, porque nos casamos con El Señor”, añade Ray.

Nuestros amigos entienden que no todos están llamados a vivir la vocación del matrimonio, por lo que es importante descubrir la propia vocación que les permita sentirse bien y realizados. “Cuando conocemos personas que se van a casar por presiones familiares, intereses económicos u otras razones que no son el amor y el entender el matrimonio como una vocación, y van con la idea de que al primer inconveniente van a salir corriendo, Ray y yo les decimos que si parten de esa idea lo mejor es que no se casen, pues comienzan con una idea equivocada. Si se casan, que no lo hagan por lo católico para que no dañen el sacramento porque están partiendo de que no van a luchar”, nos aclara Awilda.
En una ocasión nos comentaron de una crisis económica que atravesaron, ¿ha sido esto lo más difícil que les ha tocado vivir en su matrimonio?

Brevemente ambos se miran y Ray nos dice: “Definitivamente sí. Nosotros estuvimos muy bien económicamente, tuvimos un negocio, vehículos, casa, todo eso. Después del huracán Hugo todo fue cayendo, los clientes se fueron a la quiebra, otros desaparecieron; eso nos estremeció. Perdimos la que era la casa de nuestros sueños, perdimos los autos; prácticamente perdimos todo”.

Esta situación los llevó a ambos a verse sin empleo, sin recursos económicos y a mudarse a casa de la madre de Awilda. “Surgieron muchas cosas”, dice Ray. “Fue un momento difícil pero había algo muy importante y es que nosotros estábamos unidos, aquello podía ser muy triste pero estábamos seguros de que El Señor estaba con nosotros en todo momento”. Fue una gran sacudida pero más grande aún fue reafirmar su fe en Aquél que nunca falla.

Una anécdota que recuerdan es que a los dos años de estar viviendo en casa de la madre de Awilda reciben la noticia de que les nacería su sexto hijo. “Al principio sentí preocupación porque la situación en la que estábamos no era la más cómoda. Cuando Ray llegó de trabajar ese día en que el médico me había visto, me dice: ¿Qué te dijeron? Y yo le dije: Pues, que estoy en cinta. El me contestó: Yo me lo imaginaba.” Acto seguido, Ray añade: “Yo le dije, ¿sabes qué? Eso es lo más grande y bonito que nos ha sucedido porque es motivo para nosotros levantarnos; en estos momentos difíciles es motivo para seguir luchando por nosotros y nuestra familia”.

Después de esta anécdota tan esperanzadora y llena de amor y fidelidad es inevitable preguntarles: ¿Qué ha sido la más gratificante en su matrimonio?

Awilda toma la palabra: “Fíjate, para nosotros el llegar Encuentro Matrimonial³ a nuestras vidas a los once años de casados, porque a partir de esta experiencia comenzamos a vivir verdaderamente nuestro matrimonio. Nos dimos cuenta de la importancia de este sacramento, entendimos que nos escogimos el uno al otro por amor; aprendimos a conocernos mejor, a aceptarnos, a conocer cuáles son nuestros sentimientos ante las situaciones; que Dios pone este sacramento en nuestras manos para que lo administremos, lo cultivemos y vivamos, porque el sacramento no se carga, se vive”.

Luego de haber servido con entrega y compromiso en diferentes posiciones en este movimiento, a lo largo de casi tres décadas, actualmente Ray y Awilda continúan dando de sí, siendo servidores del Fin de Semana de Encuentro Matrimonial, y colaborando como formadores, orientadores y acompañantes de otros matrimonios servidores.

Awilda, ¿cómo comparas la vocación matrimonial con la sacerdotal?

“El sacerdote se casa con la Iglesia, como nosotros lo hacemos con nuestro cónyuge. Tanto él como nosotros estamos llamados a la fidelidad, al amor, a la comunicación abierta y sincera”. Por su parte, Ray nos comenta: “El Matrimonio y el Orden Sacerdotal o religioso son sacramentos de vocación; en el caso de los dos estamos llamados a servirle al Señor”.

Cuando les preguntamos si existe algún personaje bíblico o del santoral que les inspire o motive como matrimonio a ser fieles a la fe, a ser fieles el uno con el otro, la respuesta no se hace esperar. Awilda, visiblemente emocionada, nos dijo: “Siempre, quien me inspira ante las dificultades es la historia de Job; esta historia fortalece mi fe. Job perdió una cosa, perdió otra y otra, y permaneció fiel. Nosotros hemos tenido nuestras pérdidas y nunca hemos renegado ni nos hemos alejado. Es una gran inspiración”.

Siempre encontramos una sonrisa en sus rostros que contagia, que nos hace pensar que disfrutan mucho la vida. ¿Qué cosas disfrutan juntos?, preguntamos. Mirándose con una ternura casi indescriptible y tomándose de las manos nos comparten que disfrutan mucho las reuniones y actividades sociales de Encuentro Matrimonial; cada vez que bailan juntos; les llena de gran satisfacción reunirse en su hogar con todos sus hijos y nietos y disfrutar de su compañía, compartir con otros matrimonios y amistades. Nos aseguran que procuran disfrutar todo lo que hacen y su vida de Iglesia, el servicio, la Eucaristía...

Conversar con Ray y Awilda es una verdadera bendición, en sus palabras siempre se encuentran respuestas que nutren la fe de quien las escucha pues brotan de su corazón.

Surgen de la entrega amorosa, de la humildad, del servicio. Nacen de una experiencia real de amor y fidelidad a Dios; de la respuesta afirmativa al llamado que el Señor les ha hecho de subir a su barca y remar mar adentro, sin temores y confiados, porque El mismo es Faro que les ilumina y traza la ruta de sus vidas.
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1. ¡Remar mar adentro!
2. La madre de Awilda partió con el Señor el día 9 de enero de 2008.
3. Movimiento de la Iglesia Católica a nivel mundial que llegó a Puerto Rico en 1974. Está dirigido a matrimonios que desean mejorar su relación y para sacerdotes, religiosos y religiosas que desean revitalizar su relación con su gente.

Vidas que Inspiran: Job

¿Por qué a mí? ¿Qué he hecho para merecer esto?

¡Cuántas veces hemos gemido de esta manera! Como reclamándole al cielo por las dificultades y vicisitudes de nuestra vida. Olvidando frecuentemente que el dolor, el sufrimiento y el pasar trabajo son parte de nuestra condición humana. Sobretodo, nos afectamos más cuando nos consta que nos hemos esforzado por ser “buenos cristianos” y cumplir con nuestros deberes para con nuestra sociedad y con la Iglesia. Entonces, pensamos que lo negativo y difícil pasará de largo y no nos tocará. Más cuando nos llegan las experiencias difíciles: la pérdida del empleo, una enfermedad, un fracaso a nivel personal; o en extremo, la muerte de un familiar, nos sentimos tan desairados, como si Dios nos hubiese abandonado. Erróneamente, consideramos que la bendición de Dios en nuestras vidas se manifestará como “envase de cristal” que no permitirá que experimentemos el mal.

En la sociedad judía se consideran bendición de Dios: la prole, los bienes materiales y la salud, lo cual redunda en larga vida. Si alguna de éstas falta, todos juzgan que ese individuo ha cometido un pecado que bloquea esa bendición divina. Para nosotros, los cristianos, podría parecer irónico, pues Jesucristo, el mismo Hijo de Dios, murió de apenas “33” años, pobre y sin descendencia (sin hijos). Pues bien, ante la cuestión del por qué sufrían los que vivían justamente, es que se escribe el libro de Job.

Job en la Biblia

El libro de Job es uno sapiencial (de sabiduría), el cual explora los misterios de la vida, el sufrimiento y la muerte. “Job” es sensible al dolor y trata de comprenderlo y vivirlo desde la perspectiva de la fe. El mismo relata la historia de un héroe imaginario con el fin de corregir la creencia tradicional de que Dios bendice a los justos con riquezas y castiga a los pecadores con enfermedades, sufrimientos y pobreza. Creencia que comenzó a desarrollarse por el testimonio de fuertes sufrimientos por parte de los judíos exiliados.

¿Quién era “Job”?

Job era un extranjero rico que temía a Dios y lo servía fielmente; evitaba el mal y procuraba que sus hijos se purificaran con frecuencia; sin embargo, padecía fuertemente. Es un modelo para nosotros porque a pesar de sus crisis, no se retira de Dios. En un solo día pierde: ganado, hijos, salud… y hasta su esposa lo maldice. Más siempre permanece firme en su fe a pesar del dolor y el sufrimiento.

Aparecen en el libro cuatro personajes que son “amigos” de Job. Pero éstos tienen la certeza de que sólo un gran pecado cometido por Job explica y justifica la ira de Dios, quien “lo castiga” de tal manera. Y le insisten para que reconozca y se arrepienta de su error. Es cuando comienza el debate de Job con ellos, consigo mismo y con Dios, ya que no visualiza en qué pudo haberle fallado a Quien todo se lo había dado. Y al final reconoce que su verdadero pecado había sido la soberbia.

Job en nuestra vida
En nuestra vida diaria podríamos identificarnos con Job de mil maneras, y hasta seríamos capaces de actuar como él, reclamándole a Dios por nuestros dolores y dificultades. Pero son muchas más las ocasiones en que actuamos como los “amigos” de Job.
Lo hacemos cada vez que vemos a un deambulante. A veces, nuestra cara apunta en sentido contrario, y aseguramos que lo que le sucede a ese individuo es puramente su culpa.

Lo hacemos cuando alguien contrae fuertes enfermedades, si conocemos de alguna falta de esa persona nos atrevemos a asegurar que es puro castigo de Dios. ¡Castigo de Dios! Muchos llegan a decir: “No es que me alegre lo que le sucede, pero eso es castigo de Dios.”

O en ocasiones nos parecemos a quienes juzgaron en el Evangelio que el ciego de nacimiento sufría las consecuencias del pecado de sus padres. Es curioso, porque solemos decir de los padres que tienes hijos difíciles… “Ahí las va a pagar todas”. ¡Cuánta ignorancia!

Hermanos y hermanas, debemos recordar que Dios es Justo pero también es la Misericordia misma. Ciertamente, cada individuo debe enfrentar las consecuencias y/o resultados de sus actos, mas no necesariamente como un castigo. Además, la felicidad plena y eterna no está en este mundo, aunque debemos comenzar a experimentarla aquí. Dios permite en nuestras vidas todas las experiencias necesarias para que nos santifiquemos, y hay que aprovecharlas. Debemos aprender a ofrecer pequeños sacrificios de amor en reparación de nuestros pecados o por la salvación de otros. Esta lección la he aprendido de los niños videntes de la Virgen de Fátima. Unos sencillos niños movidos por el amor a Dios y a los hombres y mujeres.

Así que cuando estés atravesando una prueba muy grande encomiéndate a Dios. Pídele que derrame los dones de Su Espíritu sobre ti, y te dé Su Paz. Ofrécele tus dificultades y ruégale que te purifique a través de ellas. Ten seguro que El Enjugará Tus Lágrimas, y al final te dará la victoria. Padre Pío nos enseña a orar, tener fe y no preocuparnos… Y, como me enseñó mi abuela: “Tranquilo, Dios no deja a sus hijos en vergüenza.” Esto se cumplió en nuestro héroe pues, “Yahvé bendijo a Job más que al principio…”

Celebra la Frase


“Sé un arbusto si no puedes ser un árbol.
Si no puedes ser un camino real, sé un sendero.
Si no puedes ser el sol, sé una estrella.
No vencerás o fracasarás por el volumen.
Sé lo mejor de lo que seas”.


Douglas Malok.

Orando por las Vocaciones


“La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”. (Mt. 9, 36)


Vísita este enlace: http://www.paulinaspr.org/ y deja tu oración en la sección de Peticiones de Oración. Estamos esperando para orar por ti.

Oración por las Vocaciones


Dios, Padre y Pastor de todos los hombres,

Tú quieres que no falten hoy día,

hombres y mujeres de fe,

que consagren sus vidas al servicio del evangelio

y al cuidado de la Iglesia.

Haz que tu Espíritu Santo ilumine los corazones,

y fortalezca las voluntades de tus fieles,

para que, acogiendo tu llamado,

lleguen a ser los Sacerdotes

y Diáconos, Religiosos,

Religiosas y Consagrados

que tu Pueblo necesita.

La cosecha es abundante,

y los operarios pocos.

Envía, Señor, operarios a tu mies.


Amén

martes, 29 de julio de 2008

Así Somos

Luis E. nos dice: “Soy un hombre nacido en esta tierra bendita de Borinquen; me considero servicial, respetuoso y comprensivo. Con gran alegría declaro que soy una persona de fe, católico por convicción y felizmente casado por vocación. Soy estudiante universitario en el campo de las ciencias sociales con concentración en Trabajo Social.

Hace tres años formo parte de la familia Paulina siendo empleado en la librería de San Francisco Plaza (Río Piedras). Esta experiencia me llena de gran satisfacción pues me permite laborar en un ambiente cristiano en donde se respeta y estima mi persona, y en el cual se me brinda la oportunidad de servir a mi prójimo comunicando la Buena Nueva de nuestro Señor Jesucristo a través de los medios de comunicación social.”

Yermaliz nos dice: “Soy una mujer de 28 años, felizmente casada con Luis Enrique, cristiana católica, maestra de profesión y colaboradora de las Hijas de San Pablo o mejor conocidas como Hermanas Paulina. He aprendido a reconocer el gran amor que Dios me tiene, y hoy día deseo retribuírselo. Para mí es un placer poder aportar al proceso de discernimiento vocacional de un hermano o hermana en la fe. Yo descubrí mi vocación: el matrimonio.

Hoy tengo un lema: ¡Hacer lo que haya que hacer, hacerlo con amor; hacerlo, y ya! En mi crecimiento en la fe he ido aceptando poco a poco la invitación que Dios me hace de permanecer en santidad. Por eso me esfuerzo en hacer bien y con amor las cosas que me corresponden. Para mí es como un primer paso... Espero que Dios me siga capacitando para llevar a los demás Su mensaje de amor a través de mi vida.”

Celebra la Frase


“La vocación mueve a la eficacia verdadera de los hombres”.


Gregorio Marañón

“¿Podrían orar por mi vocación?”


“La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”. (Mt. 9, 36)


Vísita este enlace: http://www.paulinaspr.org/ y deja tu oración en la sección de Peticiones de Oración. Estamos esperando para orar por ti.

Orando por las Vocaciones



Oración por las vocaciones de Benedicto XVI

Padre, haz que surjan entre los cristianos numerosas y santas vocaciones al sacerdocio, Que mantengan viva la fe, conserven la grata memoria de tu Hijo Jesús mediante la predicación de su palabra y la administración de los Sacramentos con los que renuevas continuamente a tus fieles.

Danos santos ministros del altar, que sean solícitos y fervorosos, custodios de la Eucaristía, Sacramento del Don supremo de Cristo para la redención del mundo.
Llama a ministros de misericordia que, mediante el sacramento de la Reconciliación, derramen el gozo de tu perdón.

Padre, haz que la Iglesia acoja con alegría las numerosas inspiraciones del Espíritu de tu Hijo y, dócil a sus enseñanzas fomente vocaciones al ministerio sacerdotal y a la vida consagrada.

Fortalece a los obispos, sacerdotes, diáconos, a los consagrados y a todos los bautizados en Cristo para que cumplan fielmente su misión al servicio del Evangelio.
Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.

lunes, 28 de julio de 2008

Vidas que inspiran: Santa Teresita del Niño Jesús


La Florecita de Jesús:

“Siento que mi misión va a comenzar, mi misión de hacer amar al buen Dios como yo le amo... de dar a las almas mi pequeño camino de confianza y de abandono. Quiero pasar mi cielo haciendo el bien sobre la tierra.”

María Francisca Teresa, mejor conocida como Santa Teresita, es hija de los Siervos de Dios, Luis Martín quien era relojero y Celia Guérin que era costurera. Nace en Alencon, Francia en la noche del 2 de enero de 1873. Fue la menor de cinco hijas. Sus hermanas eran: Paulina, Leonia, María y Celina, las sobrevivientes entre nueve hijos que engendraron sus padres. Desde temprana edad dejó saber claramente su deseo de convertirse en monja.

De niña fue siempre alegre, traviesa, extrovertida, con un fuerte carácter. Más a los cuatro años y medio de edad ya se topaba con una cruda realidad: la muerte. Teresa queda huérfana de madre, y como asegurará más adelante, fue tan impactante esta experiencia que no pudo ni llorar. Y siempre recordó con gran impresión el rito de la extrema unción y el último beso que le diera en la frente a su pobre madre. Desde ese momento ya no fue más la misma. Cambió su ánimo y su personalidad. Pasó a ser sumamente callada, introvertida y sensible por demás. Es cuando su padre decide mudarse a Lisieux junto a familiares de su difunta esposa. Teresita eligió a Paulina para que fuera su mamá desde ese momento. Cinco años después, la hermana mayor decide entrar al Carmelo como religiosa; entonces la niña experimenta una segunda orfandad. La tristeza... indescriptible.

Ella siempre anheló una vida ermitaña. Más tuvo que resignarse a estar semi-interna durante cinco años en el Colegio de las Benedictinas junto a su hermana Celina, lo que hizo de este tiempo uno más llevadero. Aún así ocupó primeros puestos y obtuvo buenas calificaciones.

Desde pequeña sufrió de delicada salud. Y esta debilidad le acompañará hasta el último de sus días. Cuando tenía diez años sufrió de una grave enfermedad que le provocaba alucinaciones y fuertes escalofríos. Después de varias semanas, se acercó el día de la toma de hábitos de Paulina (un 6 de abril). Debido a esta ocasión, Teresita tuvo una leve mejoría y pudo asistir a la ceremonia, mas ya de regreso fue más fuerte la recaída. Pero el 13 de mayo en celebración de la fiesta de la Virgen de Fátima obtuvo una milagrosa sanación. Ella no había dejado de rezar a su Madre Celestial, la cual se le apareció, y con su tierna presencia y sonrisa la sanó.

Una ocasión que atesoraba en su corazón era el día de su Primera Comunión. Era llamada “doctorcita” por el Padre Pichón quien dirigía la preparación, la cual duró tres meses. Su hermana Paulina le escribía semanalmente para animarle, y María le instruía día tras día. Decidió ofrecer sacrificios por amor a Jesús y anotar cada uno de ellos. Llegó a registrar 818 pequeños sacrificios y 2,777 actos de amor en ese tiempo.

El 8 de mayo sería un gran día para esta familia: Paulina haciendo su profesión religiosa, pasando a ser Inés de Jesús; y, Teresa recibiendo sacramentalmente a Jesús por vez primera. Su encuentro con El fue tan sublime que sólo pudo exclamar: “Te amo, te amo Jesús, y me consagro a Ti para siempre.” Y no podía faltar una especial consagración a su Madre Celestial quien la había sanado milagrosamente.

Un personaje que admiraba mucho esta santa era Juana de Arco, aún sin haber sido declarada santa. Incluso, tuvo el placer de representar ese papel habiendo fotos que nos permiten disfrutarlo. ¿Quién le diría que años más tarde sería co-patrona de Francia junto a Santa Juana de Arco?

La vocación por la vida religiosa estaba a flor de piel en cada una de las hijas de don Luis Martín. Inquietud que él mismo y quien fuera su esposa habían sentido en sus tiempos de juventud. Entonces, Leonia decidió hacerse religiosa clarisa. Más Dios se conformó con sólo dos meses de sacrificio y volvió nuevamente a la casa. Luego, María decide entrar también al Convento del Carmelo donde ya había profesado Paulina. Ahora sería María del Sagrado Corazón.

Nuestra piadosa jovencita, Teresa, sitúa su conversión en la Noche de Navidad, cuando tenía 14 años. “Sentí que el Niño Jesús me invitaba a dedicar mi vida a amar a Dios y a salvar almas.” Fue cuando experimentó salir del túnel de tristezas y angustias, de escrúpulos y excesiva sensibilidad que había sufrido. Adoptó, entonces, el libro “Imitación de Cristo” (de Tomás de Kempis) y lo convirtió en su lectura favorita junto con la Sagrada Escritura. Y se dedicó a orar asiduamente por los sacerdotes y los misioneros. Consiguiendo inclusive la conversión de un criminal.

Es entonces que con la voluntad y la determinación que la caracterizaban decidió que entraría al Carmelo con apenas catorce años cumplidos. Para este momento ya tenía dos “impedimentos”: la edad (el mínimo eran 16) y el que no se permitían más de dos familiares en un mismo convento. A pesar de esto, se dispone a pedir permiso a su padre y así definir su futuro. Don Luis le dio su consentimiento, asegurándole que allí Dios la estaría transplantando cual pequeña flor a un terreno más fértil. Pese a esto, su tío materno se negó a aceptarlo; y pidió que no se hablara del tema hasta que ella no hubiera cumplido los 17. Pero, Paulina conociendo el corazón de su hermanita intercedió por ella ante su tío, el cual posteriormente le da también su bendición.

Comenzando toda una odisea, fueron a visitar al Padre Superior el cual se opuso rotundamente. Aún así, lanzó un rayito de esperanza al asegurar que el Señor Obispo tenía más inherencia que él, que fueran a consultarle. Aquí se nos presenta un dato curioso que nos demuestra la sagacidad de Teresa. El día que verían al Señor Obispo ella se tejió un moño alto sobre su cabeza, así aparentaría ser más alta y tener más edad. Al fin y al cabo, Monseñor decidió que habría que consultarlo con el Superior.

Llega la tan famosa peregrinación a Roma por motivo de las Bodas de Oro del Santo Padre León XIII (1887). Domingo, 20 de noviembre, audiencia con el Papa: última oportunidad para conseguir permiso de entrar al Carmelo. Llegó el momento tan esperado, y Celina le animó a hablar... “Santísimo Padre, tengo que pedirle una gracia muy grande.” “En honor de sus 50 años de sacerdocio, permítame por favor entrar de monjita carmelita.” Y después de un corto pero intenso diálogo... “¡Vamos, vamos! Entrarás si Dios lo quiere”, le contesta el Santo Padre.

Y así sucedió... el lunes, 9 de abril de 1888 pasa el umbral del Convento del Carmelo de Lisieux. “¡Por fin quedaban cumplidos mis deseos!” “Estaré aquí para siempre, para siempre!” Sus dos fines, por los cuales entraba a la vida religiosa eran: salvar almas, a través de aceptar con amor los sufrimientos que se le presentaban; y orar por los sacerdotes.

A sus 22 años, Teresa comenzó a redactar una autobiografía por petición de su hermana mayor, Paulina; la cual descubría en su hermanita tal sabiduría y piedad que no debían desaparecer con su muerte. La llamó “Historia de un alma”, y recopilaba recuerdos de su niñez y las misericordias de Jesús para con ella.
Dos hechos tocaron profundamente el corazón de nuestra santa estando ya en el Carmelo: la muerte de su padre y la entrada de Celina al Carmelo, la última que faltaba por profesar pues Leonia había vuelto al monasterio. Pero era tal la confianza en Dios que con gran paz y alegría acogió cada uno de ellos.

Ocho años después de su tan esperada entrada al convento (1896), a nuestra santa se le diagnostica tuberculosis. Con esta enfermedad se cumple su gran deseo de padecer dolorosos martirios por amor a Jesús. Internada en la enfermería pasa la noche oscura del alma. No faltaron dudas ni ataques a su espiritualidad. Pero si Jesús y María nunca la habían abandonado, mucho menos ahora. Dios vino a compensarle El Caminito que siempre había seguido: total confianza en el Padre Dios y un amor total a Nuestro Señor.

“Bueno, bueno. Yo no quiero sufrir menos de lo que Dios quiera.” El jueves, 30 de septiembre de 1897 Teresita parte al encuentro de su amado luego de una dolorosa agonía, la cual sufrió con gran amor. Las hermanas religiosas fueron testigos del éxtasis final durante el cual ella recobró el buen color signo de salud. Habiendo expirado, el crucifijo se mantuvo sostenido entre sus manos con tal fuerza que fue difícil retirarlo. Y su rostro conservó una dulce sonrisa y una belleza admirable.

El 24 de agosto de 1997, en París, el Papa Juan Pablo II anuncia su deseo de proclamar a Santa Teresita del Niños Jesús “Doctora de la Iglesia”; luego de que Pío XI la hubiera declarado patrona de todas las misiones, junto con San Francisco Javier.

“Quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra. No quiero descansar mientras hay almas que salvar. Ni hasta que el ángel diga: el tiempo se ha acabado”

Exhortación Vocacional: Fray Gabriel Figueroa OFM. Cap.

Pueblo de Dios, "La sonrisa de Gabriel"

En una fresca tarde del mes de mayo, en el balcón de nuestra residencia en la ciudad de Caguas, tuvimos una muy agradable conversación con un joven seminarista de 25 años y de sonrisa espléndida que responde al nombre de Gabriel Cecilio Figueroa Pomales.

“Soy un joven que ha tenido un llamado que realmente no esperaba, pero que con mucha alegría lo ha aceptado”.

Es necesario preguntarte, ¿cuál ha sido este llamado, Gabriel? “Es la invitación que Dios me ha hecho para estar donde El quiere que yo viva la felicidad de un modo específico, con alegría y con la disposición de entregar lo mejor de mí a todo el mundo. Ha sido un llamado a la vida religiosa”.
Gabriel es el menor de tres hermanos. Nació en la ciudad de Humacao pero se crió en el pueblo de Naguabo con la familia materna; sus estudios primarios y secundarios los realizó en este mismo municipio por el cual siente un amor profundo.

Acercándonos un poco más a ese llamado que Dios te ha hecho, ¿cómo defines la vocación? “Es un llamado a vivir la felicidad, la santidad, pero de una manera específica, a través de un estado de vida propio para tí por el cual vas a llegar a esa felicidad”.

Gabriel creció en una parroquia diocesana en su querido Naguabo (Diócesis de Caguas), es allí donde conoce, por medio del padre Jorge Cardona, el programa de discernimiento vocacional Pre-Seminario, conocido hoy como Programa “Remar Mar Adentro”, el cual invita a los jóvenes interesados a iniciar una experiencia de discernimiento vocacional durante un fin de semana al mes por espacio de un año.

“Después de un tiempo y tras aclarar muchas inquietudes comprendí la importancia de darle un espacio a Dios para saber qué es lo que El quiere para uno, y acepté la invitación del padre Jorge. Dentro del proceso comencé a descubrir lo bonito e interesante de la vida sacerdotal y empezó a formarse en mí una gran inquietud, comencé a considerar ser sacerdote”; en el momento en que nos comenta esto se dibuja una gran sonrisa en el ya alegre rostro de Gabriel.

El nos señala que a lo largo del proceso en que continúa su discernimiento y conoce distintas congregaciones religiosas por medio del programa Pre-Seminario, entiende que es la vida religiosa en comunidad la que más le llama la atención.

“La vida en comunidad es la que he practicado toda mi vida, con mi propia familia que ha sido mi primera fraternidad. Con ellos aprendí a afrontar los problemas. No simplemente decir yo puedo, sino que realmente cuento con personas que me ayudan y para las cuales yo también puedo ser instrumento de ayuda y juntos salir adelante. No conocía bien lo que era la vida religiosa pero sí conocía lo que era vivir en fraternidad”.

Es en este programa de discernimiento donde conoces la Orden de Frailes Menores Capuchinos? ¿Qué te motivó a interesarte por ellos?

“Una tarde Fray José Antonio Cruz, ofm cap. nos visitó para hablarnos del carisma de la orden y de la espiritualidad franciscana. Me llamó mucho la atención ver lo contento que estaba él de ser quien era. Me gustó el compromiso que tienen con su orden y carisma, el orgullo que sienten por el uso del hábito como signo de eso que han profesado. Recuerdo que después de su charla, en la cual hice como 20,000 preguntas para conocer un poco más, regresé a casa con mucha paz y alegría de haber encontrado una opción para vivir lo que estaba sintiendo”.


¿Te decidiste esa misma tarde por los capuchinos?, preguntamos.

“No, al final de todo el proceso de pre-seminario es cuando hablo con padre Cardona y le digo que me interesa la vida en fraternidad. Aunque me llamaba la atención el carisma de los Capuchinos pasó un poco más de tiempo antes de acercarme a ellos. Comencé a buscar información adicional de ellos, el carisma, la espiritualidad... Y recuerdo que me salían hasta en la televisión, con el programa de fray Jimmy Casellas en Teleoro, luego la película de San Francisco; bueno, fue todo un bombardeo de la vida franciscana capuchina. Luego, en el periódico El Visitante, aparece información sobre un retiro vocacional que realizarían y rápido les llamé. La acogida fue inmediata; con ellos encontré, a medida que compartía más, que me sentía a gusto, y que era el carisma con el cual me identificaba”.

Gabriel, tu sonrisa es reflejo de tu alegría, sabemos que pronto inicias una nueva etapa dentro de tu formación, pero nos gustaría que nos hablaras brevemente de la que todavía estás viviendo.
“En la cual estoy actualmente es la que se conoce como postulantado, esta es una etapa en la cual el candidato comienza a vivir con los frailes para ir conociendo cuál es su estilo de vida diario y de igual manera para que los frailes conozcan al joven; se realizan o completan unos estudios universitarios, y se tiene también un proceso de preparación dirigido a la formación humana y cristiana.”

¿Cómo es un día en la vida de Gabriel?

“¡Chévere!, me levanto bien temprano, a las 5:00 de la mañana. A las 6:15 tenemos las meditaciones y a las 6:45 empezamos los Laudes para luego tener el desayuno todos juntos y compartir en la mesa, y después tenemos nuestro tiempo de estudio en la universidad. Regreso a completar algunas cosas, ya sea de la universidad o de la casa; en la tarde, a las 5:15, tenemos las vísperas para luego ir a cenar todos juntos, y es un compartir muy lindo que se da porque cada uno trae las vivencias del día y conversamos con alegría. Una vez terminada la cena continuamos compartiendo un rato más antes de la Misa, que es diaria, y luego estoy una hora estudiando, hasta las 9:15 que tenemos las completas. Al terminar tenemos otro ratito de compartir fraterno hablando o viendo las noticias para luego retirarnos a dormir”.
Aunque hay un horario y una estructura, Gabriel nos asegura que no lo hace porque sea una rutina o por obligación, sino porque es parte de él; de su experiencia y vida en fraternidad lo cual le llena y satisface grandemente y le hace sentir en familia.

¿Qué ha sido lo más difícil en tu proceso de formación hasta ahora?

“Lo más difícil... (se le escapa una carcajada); bueno, muchas veces hacemos algo que a nuestro modo nos funciona y está bien, pero luego cuando entras a la vida religiosa y empiezas a tener esa primera experiencia de lo que sería el voto de obediencia, que no es exactamente hacer lo que el Superior te indique, sino que es estar dispuesto a hacer todo lo que sea necesario... y puede ser que tú tengas en mente hacerlo de una manera pero realmente hay que hacerlo de otra. Esto fue lo que más difícil se me hizo aceptar y entender, que la obediencia es poner tu corazón en ese mandato y petición que te hace tu hermano Superior y hacerlo con entrega y amor.”

Ahora bien, ¿que sería lo más gratificante que has vivido? “Sin dudas ha sido el haber encontrado mi vocación para vivir esa felicidad a la que Dios me ha llamado”.

Háblanos un poquito de la etapa que vas a comenzar próximamente, sabemos que vas a viajar a México...

“Sí, empezaré el noviciado en la ciudad de Puebla en México. El noviciado es esta etapa en la que empiezo a definirme como Capuchino, me llamaría ya Fray Gabriel y usaría el hábito; estudiaría la historia de la Orden Capuchina, sus constituciones, sus reglas. El noviciado tiene una duración de un año y en este tiempo estaría realizando posiblemente diferentes apostolados”.

Gabriel, siempre nos gusta hacer esta pregunta, y ya para finalizar nuestra entrevista te la haremos, ¿con cuál personaje bíblico o con qué santo te identificas? Luego de regalarnos otra sincera sonrisa nos dice inmediatamente: “Si fuera yo ha identificarme con un discípulo de Cristo es con Santa Teresita del Niño Jesús, claro que no es Clarisa ni Capuchina, pero me identifico con su manera de vivir la vida, porque simplemente vivió con sencillez y amor lo que es ser cristiano. En las cosas simples del diario vivir logró alcanzar la alegría, la felicidad, la santidad.”

Sencillez y amor, dos virtudes que entre otras vive este joven puertorriqueño que nuestro Señor, en su infinita Misericordia ha llamado, así como hace con todos nosotros.
El testimonio de Gabriel, la sencillez y el amor que refleja son una invitación clara para que vivamos nuestra vocación con gran alegría y para que no nos cansemos de regalarle nuestra mejor sonrisa al Todopoderoso a través de nuestros hermanos.

***Al momento de esta publicación nuestro querido Gabriel se encuentra viviendo la experiencia del noviciado en México, tal y como nos había explicado. Hoy día porta el hábito de los Capuchinos que tanto llamó su atención y responde al nombre de Fray Cecilio.

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