Bienvenidos al Pueblo de Dios

miércoles, 31 de diciembre de 2008

Así Somos

¡Felicidades!
Esperamos que se encuentren celebrando en familia la alegría de la navidad con su verdadero sentido. El verdadero sentido de la Navidad, hermanos, es el que nosotros como cristianos tenemos que defender y cuidar, es el Nacimiento de Jesús, el Emmanuel, el Mesías, nuestro Salvador.

Año tras año vemos como se desvirtúa el verdadero sentido de este tiempo tan hermosos y nosotros como cristianos tenemos que mantener el verdadero sentido. A pocas horas de dar inicio a un nuevo año te damos las gracias por tus visitas a nuestro espacio durante este año. Deseamos que Dios llene este nuevo año de bendiciones para ti y quienes te rodean.

¡Feliz Navidad, Feliz Año Nuevo y Feliz Día de Reyes!

lunes, 15 de diciembre de 2008

Así Somos

Saludos nuevamente y bienvenidos a nuestro espacio en el Pueblo de Dios. Esperamos que se encuentren disfrutando de un hermoso tiempo de adviento.
Así es, ya mismo se acerca la Navidad y con ella celebramos su mayor sentido, el nacimiento del Emmanuel, nuestro Salvador.

Durante estos días nos encontramos preparándonos en este alegre tiempo del adviento para esa llegada. Debemos recordar que nos estamos preparando para la celebración de la recordación del nacimiento de nuestro Señor pero a la misma vez esta preparación es para su segunda venida, la cual esperamos.

Es por esto que debemos tener suma conciencia de de la importancia espiritual de este tiempo. Así como decoramos nuestros hogar e iglesias, así mismo debemos limpiar y arreglar nuestro corazón para el Salvador.

Pueblo de Dios: Conquistado por Cristo


Entrevista a: José Luis Pizarro, Hermano Cheo
Por: Luis E. y Yermaliz Ventura


En Puerto Rico muchos los conocen y saben de su misión en la Iglesia, otros posiblemente, aunque no muy a fondo, han escuchado hablar de ellos; pues para unos y otros es esta entrevista, porque el Pueblo de Dios está invitado a conocer sus miembros, su servicio y su historia. Nos referimos en este artículo a los Hermanos y Hermanas Cheos.

José Luis Pizarro, fajardeño, maestro retirado tras más de treinta años de servicio, casado y padre de tres hijos es uno de los más de cien Hermanos Cheos. Nos abrió las puertas de su hogar con la amabilidad y amor fraterno que le caracteriza. Una vez dentro nos invitó a pasar a un humilde oratorio y salón de formación bíblica que él mismo construyó en el segundo piso de su casa.

Para nosotros era de mucho interés compartir con él nuestras inquietudes sobre estos hombres y mujeres católicos conocidos como Hermanos y Hermanas Cheos. Pizarro nos explica que el nombre completo de la congregación a la que pertenece es Congregación Misionera San Juan Evangelista, alias Hermanos y Hermanas Cheos.

¿Por qué Hermanos Cheos?, preguntamos. “Los fundadores eran de nombre José, puertorriqueños, uno del pueblo de Arecibo y otro de Jayuya. En Puerto Rico, para aquella época de principio de siglo pasado y hasta la fecha, a los José les apodan Cheo, por esta razón cuando las personas los veían llegar decían: ¡Ahí vienen los hermanos Cheos!”

Adentrándonos más en la historia y origen de esta congregación misionera, Pizarro nos cuenta: “Tras la guerra Hispanoamericana y con el cambio de soberanía en 1898 llegó el protestantismo a Puerto Rico. Muchos sacerdotes españoles salieron de la isla por lo que la predicación del Evangelio mermó. Un joven de dieciséis años de nombre José Rodríguez Medina y residente de Arecibo, un día rezando el rosario se levantó y comenzó a predicar a los presentes, a partir de ese momento continuó haciéndolo en otras comunidades a las que era invitado. Para ese tiempo en el pueblo de Jayuya José de los Santos Morales comenzó también a predicar, después de un tiempo, ambos se encuentran, se conocen y continúan predicando juntos por toda la isla de Puerto Rico. Eventualmente se les fueron uniendo otros hombres y mujeres en su misión. Años más tarde en 1929, luego de muchas investigaciones y estudios, la Iglesia les reconoce oficialmente como una Congregación bonafide”.

Don José Luis Pizarro nos añade que existen dos libros que recogen la historia de los Hermanos Cheos; uno de ellos titulado Historia de los Hermanos Cheos, escrito por el Padre Esteban Santaella Rivera, y otro por el padre José Dimas Soberol, que responde al título Los Hermanos Cheos, apóstoles de Puerto Rico.

La Congregación San Juan Evangelista tiene su casa de formación y retiro en el pueblo de Peñuelas, aunque actualmente existen hermanos y hermanas que residen fuera del país.
Otra de nuestras interrogantes para beneficio de los interesados fue saber quién podía ser miembro de la Congregación; ¿qué pasos deben darse? Nuestro entrevistado nos hace la siguiente observación:

“Todo hermano o hermana católico casado o soltero, comprometido con nuestra Iglesia, es bienvenido. El primer contacto debe ser con un Hermano de la Congregación, se entrevista, se reúnen luego en la casa de formación con la directiva, si el candidato es apto se le admite e inicia un proceso de formación de tres a cuatro años donde toma cursos de estudio bíblico, Eclesiología, Mariología y Cristología, entre otros”.

Una aclaración que nos hace Pizarro es que solo los Hermanos y Hermanas autorizados pueden ser predicadores y estos deben vivir la vida sacramental de la Iglesia. “Aquellos Hermanos y Hermanas no predicadores sirven de otras maneras en la Iglesia y la Congregación: visitan enfermos, ofrecen retiros, van a las instituciones carcelarias, sirven en la casa de formación y atienden otras tantas necesidades”.

Al conversar con este Hermano Cheo notamos en él una gran emoción al hablarnos de la Congregación a la que pertenece lo que motivó a Yermaliz a hacerle unas preguntas que lo emocionaron aún más. ¿Cómo fue su experiencia, cómo descubre Pizarro a los Hermanos Cheos? “Una mañana estaba de visita en el santuario Nuestra Señora del Carmen, conocido también como Montaña Santa, fue entonces cuando escuché predicar por primera vez a un Hermano Cheo y me sentí motivado a conocerles más. Me acerqué al rector del Santuario [para aquella época] y le pregunté cómo yo podía ser un Hermano Cheo. Me explicó, y el fin de semana siguiente me presenté en la casa de formación de la Congregación en Peñuelas, me entrevistaron, me admitieron y aquí estamos hasta el día de hoy. Mi experiencia ha sido de gran alegría; la primera vez que prediqué fue como cuando uno recibe la primera comunión. ¡Esa alegría, ese gozo…! Una experiencia que da una nueva vida donde se siente la presencia del Señor a través de llevar y predicar su Palabra”.

Don José Luis se reconoce como un predicador enamorado con pasión de la Palabra de Dios y nos confiesa que le causa dolor cuando algunas personas llamadas a predicar desperdician esa oportunidad haciendo otras cosas que distan mucho de una predicación. “Predicación es proclamar la vida, pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. El predicador como el buen pescador debe lanzar las redes con seguridad. Nuestra seguridad nos la da el Espíritu Santo. El Señor le dijo a San Pedro te haré pescador de hombres. El predicador va en esa dirección, a ganar almas para el Señor, a que tú y yo tengamos fe”.

Nuestro hermano en la fe está consciente de la importancia de que todos podamos discernir la vocación a la cual el Señor nos ha llamado y la vivamos con alegría, “…para mí la vocación es un llamado y a la misma vez una dádiva del Señor, Dios me llamó al matrimonio y a ser un predicador de su Evangelio. Vivir la verdadera vocación te gusta y te permite hacer feliz a otras personas y te alegras, es como el agricultor que prepara el terreno, riega la semilla y echa el agua y cuando sale la espiguita, ¡que alegría! Así es la vocación, es la vivencia y el mantenimiento de ese llamado a servir tanto al Señor como a los hermanos”.

Los Hermanos y Hermanas Cheos guardan obediencia a nuestra Iglesia, es por eso que aunque son una asociación que goza del consentimiento de ésta, sus prédicas no se realizan sin el consentimiento o aprobación del párroco de la parroquia a la que asisten o donde fueran invitados.

La Congregación se compone de una directiva que consta de un presidente y vicepresidente, tesorero, secretarios y vocales que son coordinadores de zona. Anualmente se realiza una asamblea donde se reúnen todos los hermanos y hermanas y presentan diferentes asuntos relacionados con su servicio en la Iglesia los cuales son analizados profundamente para la toma de decisiones correctas.

Nuestro hermano Pizarro siente gran admiración por distintos santos con los que ha aprendido mucho, “…admiro mucho a San Martín de Porres, Santo Domingo de Guzmán, San Francisco de Asís, San José, entre otros. Sin embargo, quien más me ha impactado de todos ha sido la Santísima Virgen María, su vida, su entrega, su fidelidad al Señor”.

Servidor fiel de Jesucristo y su Iglesia, con su vida, dones e incluso su nombre, José, honra la Congregación de los Hermanos Cheos a la que pertenece y al Pueblo de Dios que con tanta pasión ama. Posee apellido de conquistador, Pizarro, sin embargo ha sido él el conquistado, conquistado por quien más nos ha amado, que por nosotros murió y resucitó para que tengamos vida y vida en abundancia, por el que ha sido el mismo ayer, hoy y siempre, conquistado por CRISTO.

“Ser servidores de los demás, como el Hijo del hombre que no vino a ser servido sino a servir y a dar su vida por la redención de muchos”. (Mt. 20, 28)

Vidas que Inspiran: María, Madre de Jesús.

Los evangelios sólo aportan, respecto a María, los datos fundamentales y algunas anécdotas. Consta que antes y después del nacimiento de Jesús vivió en Nazaret, pequeña ciudad de Galilea y que, según la ley, estuvo casada con José, artesano, de la familia de David. María acompañó a Jesús durante su ministerio de un lugar a otro, junto con las mujeres que le acompañaron desde Galilea y los "cuatro hermanos de Jesús": Santiago, José, Simón y Judas, hijos de María y Cleofás.

Tanto María como los cuatro hermanos fueron rodeados de una atmósfera de veneración que siguió en aumento, puesto que María cumplía de modo convincente las condiciones propias de los ciudadanos del reino. Como ejemplo del recuerdo que los primeros discípulos conservaban de María se encuentran las palabras que se colocan en boca de Isabel: "Bienaventurada tú que has creído" (Lc. 1,45). Tiene también un recuerdo vivo la frase de Lucas: "María conservaba todos esos recuerdos, meditándolos en su corazón" (Lc. 2, 19).

María estuvo al pie de la cruz y fue testigo de la resurrección. Su mención en el cenáculo (Hech. 1,14) junto con los doce apóstoles, las demás mujeres y los "hermanos de Jesús", es el inicio de una presencia viva y constante en el seno de la iglesia primitiva. La comunidad de Jerusalén honró también a María como "Madre del Señor", título con el que hacían participar a María de la gloria de Jesús e iniciaban con ello el proceso de reflexión teológica en torno a lo que ha venido a llamarse "las glorias de María".

Desde el punto de vista de la fe cristiana, la figura de María tiene una relevancia singular, creciente a lo largo de los siglos. Por lo que se refiere al Antiguo Testamento, la tradición ha señalado numerosos textos en los que se encuentran anuncios proféticos sobre María. Un pasaje que ha tenido suma trascendencia es la profecía del Emmanuel (Is. 7,14).

En ella Isaías anuncia como signo divino el alumbramiento por parte de una doncella (hebrero almah y griego parthénos), en el que la iglesia ve el anuncio de la Madre del Mesías y de su virginidad.

En el Nuevo Testamento, las narraciones de la infancia de los Evangelios de San Mateo y San Lucas recogen las enseñanzas acerca de la concepción virginal y el nacimiento de Jesús, transmitidas en la primitiva comunidad cristiana. Narra San Mateo que María concibe virginalmente al Mesías cumpliéndose así la profecía del Emmanuel. "Habiendo concebido por obra del Espíritu Santo, da a luz (continúa diciendo el envangelista) a un hijo a quien se pone por nombre Jesús, Salvador " (Mt. 1, 20-25).

En San Lucas la concepción virginal y la maternidad mesiánica y divina de María se describen en el marco narrativo de la Anunciación como obra del Espíritu Santo (Lc, 1, 26-35). Lucas presenta a la Virgen como figura central del evangelio de la infancia, unida, por tanto, al nacimiento de Cristo; y vuelve a subrayar su presencia en los hechos de los apóstoles al narrar la vida naciente de la iglesia. San Juan describe su presencia en Caná, interviniendo activamente en el primero de los milagros realizados por Cristo, y al pie de la cruz.

Algunos autores cristianos reflexionaron sobre la significación de María en el conjunto del misterio de la salvación y en su relación con Cristo, su hijo. Así, San Ignacio de Antioquía (siglo II) indagó en el misterio de Jesús nacido de María, mientras que San Justino defendió la concepción virginal de María y San Ireneo propuso un paralelismo entre las figuras de Eva-María y Adán-Cristo.

También a mediados del siglo II aparecieron unos textos apócrifos como el Protoevangelio de Santiago donde se contaba la vida de María, desde la de sus padres Joaquín y Ana hasta después del nacimiento de Jesús. En otros textos (Transitus) se explicaba la muerte de María y su asunción en cuerpo y alma a los cielos.

Desde los siglos IV-V se consideró a María como el modelo perfecto de fe y santidad a imitar por las vírgenes cristianas, según la doctrina elaborada por los grandes doctores de la Iglesia (Atanasio, Jerónimo, Ambrosio, Agustín). En 431, el Concilio de Éfeso reconoció a María como Madre de Dios, confirmando así la creencia de muchos fieles que ya desde mucho antes intercedían ante ella.

Para los Padres de la Iglesia era un tema de discusión la perpetua virginidad de María y su santidad personal. Progresivamente llegó a imponerse la idea de una virginidad "antes del parto, en el parto y después del parto" y de una total exención de pecado. La perpetua virginidad quedó definida en el concilio de Letrán (649 a.C.) y en la epístola dogmática del papa Agatón (680 a.C.). El concilio de Trento, por su parte, sancionó (1547) su total exención del pecado.

Después de siglos de discusión entre las escuelas, la Iglesia fue llegando a la conclusión de que María había sido redimida en atención a los méritos de Cristo, pero que, desde el primer instante de su ser se había visto libre de la mancha original. Éste es el dogma de la Inmaculada Concepción definido por Pío IX en 1845. En la bula Munificentissimus Deus, Pio XII definió en 1950 el dogma de la Asunción o glorificación de María, es decir, fue asumida en cuerpo y alma al cielo después de su muerte sin conocer la corrupción del sepulcro.





Celebra la Frase


"Si Dios con nosotros, ¿quién contra nosotros?".

Pablo Apóstol.

Orando por las Vocaciones


Señor Jesús,tu que eres el camino, la verdad y la vida,

aduéñate de mis pasos,seduce mi libertad

Y ven a mi encuentropara que siempre pueda elegirte compañero.

Sal al paso de quienesvan por los caminos de este mundo

sin saber que tú caminas a su lado

y haz que, al descubrirte junto a ellos,

se dejen alcanzar por ti

y te acojan como Señor

que se ha hecho hermano.

Mira a los jóvenes de nuestra comunidad,

llama y escoge a los que quieras

,disipa sus dudas y sus miedos,

para que se atrevana seguirte en al ministerio sacerdotal

y te acepten como amigo.

Fortalece a tus sacerdotes

para que, en tu cercanía,

anuncien a todos los hombres,

sus compañeros, hermanos y amigos, quien eres Tú.

Quédate con nosotros,a través de ellos,

en la anochecida de este tiempo;

repártenos tu Palabra y tu Evangelio

Y pon en ascuas nuestro corazón;

con tu pan y con tu vino andaremos el camino cada amanecer

para gritar que es verdad,que estas en medio de nosotros.

¿Podrían orar por mi vocación?


“La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”. (Mt. 9, 36)

Visita este enlace: http://www.paulinaspr.org/ y deja tu oración en la sección de Peticiones de Oración. Estamos esperando para orar por ti.

Mapa Nueva Librería Paulinas en Avenida Roosevelt 174

Mapa Nueva Librería Paulinas en Avenida Roosevelt 174

¿Quieres Ayudarnos?


Buscamos personas que realicen trabajos en su comunidad (En la parroquia, en la Capilla, en el Colegio, en la Institución sin fines de lucro, etc.) Son personas como tu y como yo que pueden ser ejemplo para los demás. Son personas que componen el Pueblo de Dios. Si sabes de alguna persona (o tu mismo/a) que labora con el bien de la comunidad déjanos saber. Queremos entrevistarlo/a y presentar aquí nuevos modelos cercanos del Pueblo de Dios. ¿Qué tienes que hacer? Envía un correo electrónico a: paulinaspr.web@gmail.com para incluyendo la persona o personas que podamos entrevistar para nuestra sección “Pueblo de Dios” de este blog.